Múnich: 20 cosas para ver y hacer más allá del Oktoberfest
Múnich es mucho más que cerveza y el famoso festival Oktoberfest. En esta guía te vamos a mostrar 20 cosas para ver y hacer en Múnich, en caso de que hagas una breve escapada a la ciudad y quieras aprovechar al máximo tu tiempo para hacer una ruta que vaya un poco más allá de los típicos itinerarios o sitios trillados. ¿Preparad@ para una nueva aventura en tierras bávaras? ¡Vamos allá con estas recomendaciones!
Múnich: 20 cosas para ver y hacer más allá del Oktoberfest
1. Visitar el BMW Welt
Si eres un amante de los coches y de las motos este debería ser el lugar prioritario en tu lista de cosas que ver en Múnich. Dentro del edificio te encontrarás con una exposición dedicada a la marca, con modelos tanto de última generación como vehículos de colección como el BMW Isetta. Además, es un lugar ideal para ir con los más pequeños y divertirte haciendo fotos en la exposición de motocicletas de la parte de arriba del museo (a algunas de ellas te puedes subir).
Pero si no quieres visitar el edificio por dentro, ya por fuera te va a encantar su fachada súper futurista, por lo que vale mucho la pena pasar por allí si vas de rumbo al Olympia Park o estás de paso por el parque.
La visita al BMW Welt es totalmente gratuita, pero también puedes reservar una excursión guiada en su web oficial.
2. Visitar el Olympia Park
Este parque fue construido con motivo de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972 y aunque está algo alejado del centro es uno de los lugares imprescindibles a visitar. Aquí, además de muchas áreas verdes puedes visitar la piscina olímpica o incluso patinar en el palacio de hielo.
Otra de las joyas del parque es su Torre Olímpica, que con una altura de 190 metros promete unas vistas impresionantes de la ciudad, pero por temas de reformas esta se encuentra cerrada hasta 2026. Si te molan las alturas, también puedes probar subiéndose al techo del Estadio Olímpico, hay tours guiados que te llevan por el techo, mientras te detallan cosas interesantes sobre su arquitectura y eventos que han tenido lugar allí. Si te interesa puedes conseguir los tickets en su web oficial.
Si te interesa la cultura local y los eventos, además este parque suele ser uno de los lugares donde encontrarás lugareños haciendo deporte o simplemente asistiendo a alguno de los múltiples eventos como conciertos o shows a lo largo del año.
3. Disfrutar del surf en Eisbachwelle
Si estás buscando un lugar único en esta ciudad, este es uno de ellos, porque en los años que hemos viajado juntas nunca vimos algo parecido en alguna ciudad europea. Nos referimos a Eisbachwelle, que además es un lugar muy divertido porque nunca te imaginarías surfistas en una ciudad que no tiene mar, pero que sí tiene un río caudaloso y frío que hace una ola natural en una de sus corrientes. El Eisbachwelle año a año es desafiado por avezados surfistas, que por muy experimentados que sean, la ola es muy complicada e impredecible por algunos momentos.
Para encontrar esta ola, debes caminar por el Englischergarten hasta antes de la Prinzregentenstraße y justo detrás de la Haus der Kunst (casa del Arte). También puedes hacer unas fotazas desde el puente Eisbachbrücke.
4. Subir a la Torre del Nuevo Ayuntamiento
En plena Marienplatz, abarrotada de turistas se encuentra el Nuevo Ayuntamiento de Munich o Neues Rathaus en alemán. Este edificio es uno de los más importantes y una visita obligada si estás de paso por la ciudad. Además del Nuevo Ayuntamiento aquí también podrás ver el Viejo Ayuntamiento o Altes Rathaus, la columna de María y Glockenspiel o el carillón que todos los días a las 11 y 12 del mediodía (también a las 5 de la tarde desde marzo a octubre) muestra 32 figuras bailando al son de la música.
Para tener una visión en 360 grados de la ciudad, una de las cosas que puedes hacer es subir a la Torre del Nuevo Ayuntamiento. Para acceder puedes comprar tus entradas en las taquillas del pasillo que da hacia el patio interior del ayuntamiento. El ascensor sube aproximadamente 85 metros hasta la última planta, desde donde tendrás las mejores vistas hacia la iglesia de San Pedro o Alter Peter (que también tiene un mirador pero sin ascensor), Frauenkirche y Theatinerkirche o iglesia de los Teatinos. Desde el mirador también podrás divisar los Alpes muy a lo lejos, si es que el clima te acompaña ese día como fue nuestro caso.
5. Cruzar sus puertas medievales
Múnich conserva un pedazo de su pasado medieval a través de sus impresionantes puertas que aún se mantienen en buen estado y pueden visitarse.De las cuatro puertas originales que protegían la antigua muralla de Múnich, tres han logrado resistir el paso del tiempo. Estas tres murallas son:
Isartor: Considerada por muchos la más bonita de las tres. Debe su nombre al río Isar que pasa muy cerca. Fue construída en 1337, es la única de las puertas que conserva su torre principal. Su ubicación estratégica le permitía controlar el acceso a la ciudad desde el este.
Karlstor: Esta puerta barroca, originalmente llamada Neuhauser Tor, fue rebautizada en honor al príncipe Carlos Teodoro. A diferencia de la Isartor, la Karlstor presenta un estilo más ornamentado y majestuoso.
Sendlinger Tor: Completa el trío de puertas medievales de Múnich. Aunque ha sufrido varias reconstrucciones a lo largo de los siglos, conserva su esencia original.
6. Admirar la Iglesia de Asam
Esta iglesia es una verdadera gema oculta en Múnich, tanto por su belleza como por su valor artístico. Fue construida entre 1733 y 1746 por los hermanos Asam y se ubica específicamente en la calle Sendlinger Strasse. En principio su fachada no llama tanto la atención desde la calle, que por cierto es muy sencilla con respecto a lo que encontrarás dentro que seguro que te dejará más boquiabierto con su opulencia.
Su interior está preciosamente adornado en cada uno de sus rincones, así que puedes estar un buen rato mirándola y por supuesto fotografiarla. Cuanto más arriba la mires, la verás más luminosa representando así la divinidad y el cielo.
Como curiosidad, Egid Quirin Asam, uno de los hermanos, diseñó la iglesia para poder admirarla desde su propia casa, pero la belleza de esta iglesia era tal que la gente empezó a pedir que se abriera al público. Así que los hermanos Asam, decidieron compartir su obra con todos quedando abierta al público hasta nuestros días.
7. Visitar una reserva de ciervos en Hirschgarten
Hirschgarten se traduce literalmente del alemán como «Jardín de Ciervos», pero es mucho más que un simple jardín, también es muy famoso por su Biergarten (Jardín de Cerveza) que reúne cada día a locales y turistas por igual para beber una a la sombra de sus árboles.
Pero porqué no aprovechar la breve estancia para también visitar estas bellas criaturas que suelen estar rondando el jardín en búsqueda de alguna verdura o fruta que suelen traerle niños y adultos. A nosotras nos pareció un lugar increíble para visitar con niños y a la vez lo disfrutamos como si fuésemos una de ellos.
La historia de por qué hay ciervos en este jardín se remonta al verano de 1780, cuando el príncipe Elector Carl Theodor quiso crear un zoológico privado y cercado, llenándolo de un grupo de gamos y ciervos.
8. Visitar los jardines del Palacio de Nymphenburg
Muy cerca de Hirschgarten se encuentran los jardines del Palacio de Nymphenburg, que fueron la residencia de verano de la familia real de Baviera. El palacio fue construido por la orden del Elector Ferdinand Maria y su esposa Enriqueta Adelaida de Saboya en 1664. Cuenta amplios jardines y lagos que te dan una idea del nivel de opulencia con el cual vivían la realeza bávara en ese entonces. Si vas con poco tiempo para visitar el palacio te recomendamos en un 100% los jardines para dar un breve paseo o simplemente descansar un momento.
Si tienes más tiempo, obviamente te recomendamos entrar al Palacio y además aprovechar de visitar el Museo de Porcelana y el de las Carrozas. Si quieres tener más información sobre los precios y horarios puedes visitar su web oficial para obtener más información.
Para llegar en transporte público al Palacio de Nymphenburg desde Munich hay dos maneras de hacerlo:
- En tren: Toma el S-Bahn hasta «Laim» y luego coge el bus hasta «Schloss Nymphenburg». Para ver los horarios del tren puedes visitar la web oficial.
- En metro: Súbete al U-Bahn hasta «Rotkreuzplatz» y después coge el tranvía hasta «Schloss Nymphenburg».
9. Comer en Nürnberger Bratwurst Glöckl am Dom
Este es uno de los tantos lugares donde puedes ir a disfrutar de una cerveza Augustiner bien fresquita, tirada directamente del barril de madera, pero no solo eso, sino que también es muy famoso por sus ricas salchichas a la parrilla que están la muerte deliciosas.
Se dice que este sitio es más viejo que la mismísima Frauenkirche (Catedral de Munich), que se encuentra a solo unos pasos desde allí. El Bratwust Glöckl no es solo un bar, ¡es una institución! Los lugareños llevan generaciones yendo ahí a juntarse y a tomar unas cervezas. Así que si eres de los que le gustan los sitios menos turísticos y más auténticos este puede ser el lugar ideal para ir a comer o cenar.
Como curiosidad, ¿sabías que las cervezas de la marca Augustiner se venden principalmente en Múnich y sus alrededores? Esta marca es una de las más antiguas de Baviera y se conserva en su esencia con la misma calidad en la producción. En la actualidad es todo un símbolo de la cultura muniquesa.
10. Visitar el Friedensengel y su galería de arte urbano subterránea
El Friedensengel o Ángel de la Paz, es uno de los monumentos emblemáticos de Múnich. Se trata de una escultura de bronce dorada que representa a la diosa griega de la victoria, Nike, y se posa sobre una columna corintia. Este monumento celebra la conmemoración de los 25 años de paz que siguieron a la Guerra Franco-Prusiana. Es muy similar a la que se encuentra (por este mismo motivo) en Berlín. Si bien, el monumento es uno de los más visitados turísticamente hablando también es un lugar de encuentro entre jóvenes y también un excelente lugar para observar cómo se pone el sol entre los tejados de las casas muniquesas.
Si te gusta el arte urbano nuestra recomendación es que sigas explorando ya que justo debajo del Friedensengel hay una galería de arte urbano subterránea muy chula.
11. Visitar Alter Hof
Ubicado en el centro de Múnich, el Alter Hof es un antiguo complejo de edificios que fue residencia de los duques de Baviera y, luego, residencia imperial. Su construcción data del siglo XIII y ha sido testigo de numerosas reformas, entre ellas la que sufrió después de la Segunda Guerra Mundial cuando gran parte de la estructura fue destruida por los bombardeos.
Como curiosidad en torno a su torre se cuenta una leyenda. Cuando Luis II de Baviera era joven y vivía aquí con sus hijos, un mono mascota secuestró a su hijo, también llamado Luis, y lo llevó hasta lo alto de esa torre. Afortunadamente, el pequeño fue rescatado sano y salvo, y desde entonces esa torre se conoce como la «Torre de los Monos».
Con el tiempo, Luis II se convirtió en emperador y el Alter Hof se transformó en residencia imperial. Sin embargo, debido a su vulnerabilidad ante ataques, se construyó una nueva fortaleza, la Neuveste (nueva fortaleza), que se convertiría en la actual Residenz de Múnich.
12. Asistir a un concierto en la Iglesia de San Miguel
La Iglesia de San Miguel en Múnich es una joya arquitectónica que no puedes perderte si visitas esta ciudad. Fue construida entre 1583 y 1597 por encargo del duque Guillermo V de Baviera y se le considera la mayor iglesia renacentista al norte de los Alpes. Como curiosidad, en su cripta está enterrado el rey Luis II de Baviera, también conocido como el «Rey loco», a la cual se puede bajar por una escalera para visitarla.
Es una iglesia muy luminosa, bellamente decorada y que realmente vale la pena visitar por dentro junto con la iglesia de San Pedro o Alter Peter. Además, cada cierto tiempo suelen hacer conciertos de música clásica en esta iglesia. Puedes revisar la programación completa en este enlace a su web oficial.
13. Subir al Mirador de Alter Peter
Muy cerca de Marienplatz, detrás de una fachada que no llama demasiado la atención se encuentra la iglesia de San Pedro, o Viejo Pedro, una auténtica joya oculta en la ciudad que pasa desapercibida por muchos visitantes. Al entrar, verás que es muy alta intentando reflejarla grandeza y opulencia de la época. Como curiosidad, esta es la iglesia más antigua de Múnich. Entre sus paneles se cuenta su historia y algunos de los restos del fresco que fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial.
Si estás en buen estado físico subir los más de 300 escalones hasta la cima de la torre es una experiencia obligada, porque las vistas panorámicas de Múnich son muy chulas, especialmente si son al atardecer. Desde aquí, podrás admirar los monumentos más emblemáticos de la ciudad, como Marienplatz y la Frauenkirche, por ejemplo.
14. Tocar el pecho de Julieta Capuleto para regresar a Munich
Aunque pueda parecer una leyenda urbana, mucha gente se acerca a la estatua de Julieta Capuleto con la esperanza de asegurar su regreso a Múnich. Esta leyenda, inspirada en la famosa obra de Shakespeare, ha convertido a la estatua en un imprescindible.
Si bien no hay ninguna garantía de que tocar el pecho de la estatua te lleve de vuelta a Múnich, es una experiencia divertida y una buena excusa para tomarte una foto con esta estatua que suele estar siempre adornada con diferentes flores.
Como curiosidad, Ale en su primera visita a Munich tocó el pecho de Julieta Capuleto y como puedes ver, se ha cumplido 5 años más tarde su regreso a la ciudad.
15. Probar el codillo en la Cervecería Hofbräuhaus
La Cervecería Hofbräuhaus es una institución en Múnich y un destino imprescindible para cualquier amante de la cerveza. Fundada en 1589, esta cervecería histórica es famosa por su ambiente, su cerveza de barril y, por supuesto, su codillo de cerdo. Este plato tradicional bávaro es una delicia para el paladar y una experiencia auténtica que no te puedes perder. Acompaña tu codillo con una jarra de cerveza y disfruta del ambiente festivo, ya que suelen tener música tradicional en vivo.
Como curiosidad, se dice que el Partido Nazi, liderado por Adolf Hitler, utilizó la Hofbräuhaus como lugar para sus reuniones y mítines durante los primeros años del partido.
16. Pasar por Drückebergergasse o el callejón antinazi
La historia de este pequeño callejón en Múnich es bastante curiosa. Oficialmente se llama Viscardigasse, en honor a un arquitecto, pero popularmente se le conoce como Drückenberggasse. Esto se debe a un período histórico: la época nazi.
Durante el régimen nazi, los ciudadanos alemanes estaban obligados a realizar el saludo nazi al pasar por ciertos monumentos, como el Feldherrnhalle. Para evitar hacer este saludo, muchos muniqueses comenzaron a usar este pequeño callejón como una vía alternativa, «esquivando» así el monumento nazi. Este término en alemán se refiere a alguien que evade sus obligaciones, en este caso, el saludo nazi. Por eso, el callejón se convirtió en un símbolo de resistencia pasiva.
17. Visitar Residenz
Residenz fue la antigua residencia de los duques, príncipes electores y reyes de Baviera, y actualmente es uno de los palacios más grandes de Europa, tanto que necesitas por lo menos un par de horas para recorrerlo. Se compone de un complejo de edificios que alberga una impresionante colección de arte, muebles y objetos decorativos que ofrecen una visión fascinante de la vida de la realeza bávara. Desde los suntuosos apartamentos estatales hasta los hermosos jardines, Residenz es un tesoro arquitectónico y cultural.
Si te interesa visitar Residenz, aquí puedes mirar los horarios y precios desde su web oficial.
18. Comprar o comer en un puesto en Viktualienmarkt
El Viktualienmarkt es un mercado tradicional y uno de los más bonitos de Europa donde se encuentra una gran variedad de productos frescos, desde frutas y verduras hasta quesos, embutidos, flores y productos locales. Pasear por los puestos coloridos y probar las delicias culinarias del mercado es una experiencia única. Además de comprar ingredientes para preparar tus propias comidas, puedes disfrutar de un almuerzo o una cena en uno de los muchos puestos de comida que ofrecen especialidades bávaras.
Si te interesa visitarlo, Viktualienmarkt abre de lunes a viernes a partir de las 8 de la mañana y cierra a las 8 de la noche. Se encuentra muy cerca de la zona turística en Marienplatz así que prácticamente no hay pérdida.
19. Hacer una excursión al Castillo de Neuschwanstein
El Castillo de Neuschwanstein es uno de los castillos más famosos del mundo y un símbolo de la belleza romántica de Baviera. Como curiosidades, se cuenta que fue construido como un homenaje a uno de los compositores favoritos de Luis II: Richard Wagner y además, se dice inspiró el castillo de la Bella Durmiente de Disney.
El castillo además se encuentra en un entorno natural espectacular, rodeado de montañas y lagos. Para llegar hasta allí hay tres formas de hacerlo:
- Excursiones guiadas: Son la opción más cómoda, ya que incluyen transporte, guía y entrada al castillo.
- En tren: Puedes tomar un tren desde Múnich hasta Füssen y luego un autobús hasta el castillo.
- En coche: Si prefieres tener más libertad, puedes alquilar un coche y conducir hasta el castillo.
Debes considerar que el trayecto en coche y en tren suele tomar unas dos horas o más, por lo que si cuentas con un tiempo limitado debes planificarlo bien.
20. Hacer una excursión al campo de concentración de Dachau
El campo de concentración de Dachau, inaugurado en 1933, fue el primer campo de concentración nazi. Más de 200.000 prisioneros fueron internados en Dachau y sus subcampos, y decenas de miles perdieron la vida.
Tras la liberación, Dachau se convirtió en un memorial, buscando preservar la memoria de las víctimas y educar a las futuras generaciones sobre los horrores del nazismo. Podrás recorrer las barracas, las cámaras de gas, los crematorios y otros lugares de interés. También podrás visitar el museo, donde se exhiben objetos personales de los prisioneros, fotografías y documentos históricos.
Para visitarlo puedes hacer una excursión guiada al campo de concentración de Dachau desde Múnich, pero también puedes visitarlo por tu cuenta. En este caso, es recomendable informarse previamente sobre los horarios de apertura que puedes revisar desde su web oficial.
La entrada es gratuita y para llegar hasta allí puedes hacerlo en tren cogiendo la línea S2 (ver horarios aquí: https://www.s-bahn-muenchen.de/) y bajar en la estación de Dachau. El trayecto toma aproximadamente 25 minutos.
Mapa con los Lugares de Interés
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